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La playa.  

Lola4176 47M  
257 entradas
13/9/2018 4:53 am

Leído por Última Vez:
13/9/2019 2:28 am

La playa.


Por fin se acabó el curso, había sido un año bastante intenso con los vaivenes de Jorge a mi cama pero, sobretodo, a mi cabeza. Los encuentros esporádicos con el Profesor Martín y con Gus habían hecho que se me olvidara un poco pero aquel chico siempre encontraba la manera de volver a meterse bien dentro de mí, ya fuera con sus palabras, con sus mensajes o con su polla.

Susana y yo decidimos que nos merecíamos unas buenas vacaciones y elegimos como destino un lugar con playa. Necesitábamos esa arena fina y cálida para tumbarnos y tostarnos por el sol, la brisa del mar y el sonido del agua para relajarnos y desconectar.

Aquella mañana nos lo tomamos con calma, no pusimos despertador y dejamos que fuera el propio día quien nos despertara. Desayunamos en la terraza del bungalow, nos pusimos el bikini y crema protectora, recogimos nuestras toallas y nos dirigimos a la playa . Elegimos una calita apartada, playa virgen con árboles y rocas a nuestra espalda. La arena era blanca y el agua transparente. Cuando llegamos, a eso de la 1 del mediodía, había muy poca gente: un hombre de unos 50 años tumbado bocabajo, dormido, en su toalla; a su lado un libro con el título en inglés. Unos metros más allá dos chicas de nuestra edad más o menos haciendo topless y jugando a las cartas en sus toallas, debajo de una sombrilla. Y en el agua tres o cuatro personas más.
Susana y yo no llevábamos sombrilla así que nos pusimos en una de las sombras que daban las rocas que se alzaban detrás de nosotras formando una pared. El sol ya estaba haciendo justicia desde el puesto más alto en el cielo y debíamos protegernos. Sacamos nuestras toallas y las colocamos cuidadosamente en la arena, nos despojamos de nuestras sandalias y de nuestros vestidos playeros y nos tumbamos a conversar. Después de un rato de risas y confidencias dejamos nuestras bolsas en la sombra y movimos las toallas, estábamos en la playa y queríamos broncear nuestra piel. No aguanté mucho bajo aquel sol justiciero, sus rayos acariciaban mi cuerpo y el calor que desprendían hizo que necesitara un poco de agua de mar para sofocarlo.

- Me voy al agua, no aguanto más – le dije a Susana.
- Vale, yo me quedo un ratito más. Me da un poco de pereza meterme en el agua ahora.
- Ok, entro y salgo. No tardaré, sólo necesito refrescarme.
- Sí, sí, sin problemas, Lola. Te espero aquí.

Me levanté y me dirigí al agua. El contraste del frío inicial con el calor que desprendía mi cuerpo hizo que se me erizara la piel. Me agaché, tomé un poco de agua con la mano derecha y me mojé la nuca. Repetí la acción. Mi madre siempre me había dicho que debíamos mojarla para evitar un corte de digestión y no sabía si tenía razón o no pero aquella era de esas cosas que hacía por inercia, de manera metódica, sin preguntarme por qué. Me metí poco a poco en el agua. Ya no sentía tanta impresión. Al llegar a la cintura y tocar mi vientre mi piel volvió a erizarse pero esta vez de manera más tímida. Cogí aire, cerré la boca y metí mi cabeza. Como acto reflejo, al salir, toqué mi pelo escurriendo el agua con mis manos mientras se deslizaban por mi nuca. Me limpié los ojos para quitarme el exceso de agua con sal y los abrí. Me topé con la mirada de un chico que estaba saliendo del mar. Instintivamente miré hacia abajo a la par que mordí mi labio inferior. Aquello siempre lo hacía sin pensarlo, cuando me sentía vergonzosa o tímida mordía mi labio y retiraba la vista. Él pasó por mi lado y me sonrió. Le devolví la sonrisa. Me giré para ver cómo salía del agua y también él se giró. Volvimos a toparnos con la mirada. Timidez otra vez. ¿Pero qué me estaba pasando? Me quedé de pie, mirando al mar, acariciando mi pelo, sonriendo mientras mordía mi labio y pensaba en lo guapo que me había parecido aquel chico.

Salí del agua unos minutos después e, instintivamente, lo buscaba con la mirada. Lo ví a nuestra izquierda, bastante cerca de nosotras. Estaba sentado en su toalla, con las piernas flexionadas y los brazos apoyados en ellas. Estaba lleno de gotitas de agua por todo su cuerpo. Tenía la piel bronceada y el torso marcado. Era moreno. Tenía los labios carnosos y eso hacía que su boca fuera apetecible.
Yo caminaba directa a mi toalla pero sin apartar la vista de él. Él me miraba fijamente. Una tímida sonrisa empezó a dibujarse en mi cara. Aquel juego de miradas era el comienzo de algo tórrido y ambos lo sabíamos, en la distancia, pero los dos iniciamos el cortejo propio del verano donde el deseo inunda el cuerpo y la ropa sobra.
Susana se dio cuenta de ello y al llegar a la toalla me dijo:

- ¿Una nueva presa?
- ¿Qué dices?
- Lo sabes perfectamente. Jajajaja . Os habéis desnudado con la mirada.
- ¿Está bueno, no?
- Sí, es de los que te gustan. Y sin duda tú también le gustas a él. No para de mirarte.

Giré mi cabeza en su dirección y allí seguía, mirándome. Sonrió con el cruce de miradas.

- Voy a hacer una locura, Su - le dije mientras yo también sonreía.

Y me quité la parte de arriba del bikini. Dejé mis pechos al descubierto.

- ¡Estás loca, tía! - dijo Susana partiéndose de risa.
- Jajajaja....sí, ya sabes que me encantan las locuras – respondí mientras sacaba la crema protectora de mi bolsa.

Eché un poco de crema en mi mano izquierda, froté ambas manos y comencé a esparcirla sobre mis pequeñas tetas, haciendo círculos, masajeándolas, jugando con mis pezones mientras le miraba lascivamente. Él mordió su labio y sonrió. Y su mirada también se impregnó de lascivia.
Ambos nos mirábamos de manera descarada en tanto que mis manos comenzaban a deslizarse en dirección a mi vientre.

- ¡Madre mía, Lola! Te va a comer con la mirada.
- Me encanta este momento de provocación, Su.
- Joder, pues así siento que yo sobro.
- No sobras, Susana, pero quiero follarme a ese tío – dije mientras mis manos se paraban en seco.
- Pero para que te lo folles querrás intimidad, ¿no? Y aquí es cuando yo debo irme a otro lado.
- No necesariamente, tal vez sea yo la que me aparte.
- No me jodas, tía. ¿Vas a follártelo en la playa?

Y una sonrisa picarona invadió mi cara.

- ¿Quién sabe?

Volví a mirar al chico guapo. Seguía en su toalla, con los brazos apoyados en sus rodillas y las piernas flexionadas. Sonrió, se levantó y se dirigió hacia nosotras.

- Vaya tela, Lola. Ahí lo tienes, empalmado viniendo en tu búsqueda. Ya te vale. Me voy al agua.
- No te enfades, Su.
- No me enfado pero ¿qué quieres que haga? ¿Que me quede aquí viendo cómo se le cae la baba mirándote con las tetas al aire? Paso, tía.... pero deberías pensar un poco en mí también y no estar tan pendiente de tu entrepierna.
- Su...! Susana!

Pero ella ni siquiera se giró, siguió caminando hacia el agua y se adentró en el mar.

- Hola, tienes unos pechos muy bonitos pero les falta color, deberías sacarlos más al sol – me dijo mientras se ponía en cuclillas frente a mí.
- Por eso están fuera – sonreí.
- Ya veo, ya. Pues me encanta que estén fuera. Me llamo Manu.
- Lola, encantada – y le dí dos besos.
- ¿No eres de por aquí, verdad, Lola?
- No, he venido con mi amiga de vacaciones.
- Interesante.
- ¿Tú eres de aquí o qué? No tienes acento.
- No, tampoco soy de aquí pero vengo muy a menudo, me gusta mucho esta zona. Además, mi familia tiene una casa aquí.
- Interesante – le contesté sonriendo.
- Copiota – me dijo sonriendo también.
- Tienes una boca muy bonita.
- La tuya también me atrae a mí. Mucho. La verdad.
- ¿Tanto como para besarla?
- Sí, tanto como para besarla y comerla. Y luego jugar mucho con ella.
- Pues bésala.

Se paró un instante, sonrió y entonces se acercó y me besó. Nuestros labios se chocaron lentamente, nuestras lenguas se buscaron, ahondaron en la boca del otro. Puso sus manos a ambos lados de mi cara y sentí un escalofrío recorriendo mi espina dorsal.
Se separó y arañó con los dientes mi labio inferior.

- Besas bien, Lola.
- Tú también Manu.
- Ven conmigo.
- No puedo, he venido con mi amiga, no puedo dejarla sola.
- Lo entenderá.
- Lo sé pero no me parece bien – dije mientras buscaba a Susana en el agua. Ella estaba mirando, observando la escena. Alzó su mano con el pulgar hacia arriba y me saludó con la mano. ¿Aquello era un gesto de consentimiento?
- Creo que le parece bien que me acompañes – dijo Manu.
- Tal vez pero prefiero hablarlo con ella.

Me levanté de la toalla y me puse a caminar, contoneando mis caderas, sabiendo que Manu estaba pendiente del movimiento de mi culo.

- ¿Te vas? - preguntó Susana
- Me ha propuesto ir a algún sitio. No sé a dónde.
- Vale. Entonces te vas.
- No lo sé, me sabe mal dejarte aquí.
- Jajajaja... por mí no lo hagas. Te conozco, sé que eres un volcán que necesita erupcionar a menudo. Tengo mi libro, ahora salgo del agua y me pongo a leer en la toalla. Disfruta, Lola.
- ¿Seguro?
- Sí, amiga, seguro. Disfruta.
- ¡Te quiero, Su!
- Lo sé, tonta. Pásalo bien...pero ya sabes: protección, y no me refiero a la crema solar.
- Jajajaja... Sí, mamá – le dije mientras volvía hacia donde Manu me esperaba.

En mi camino observaba a mi nueva conquista. Era muy atractivo, con una boca que me apetecía cada vez más. Sus labios carnosos invitaban a mi lengua a pasearse por ellos. El bronceado de su piel hacía que sus clavículas fueran muy sexys, sus pectorales se marcaban y una pequeña mata de vello dibujaba un hueco entre sus pezones. Tenía un tatuaje en la cadera derecha que asomaba tímidamente por encima de su bañador. Tenía unos brazos fuertes que terminaban en unas manos grandes y suaves. En sus piernas se dibujaban sus músculos trabajados en el gimnasio, o tal vez estuvieran así por salir a correr. Me esperaba de pie, mirándome fijamente con una sonrisa lasciva en la cara.

- ¿Te ha dado el beneplácito?
- Sí – sonreí – Eso parece.
- Genial. Ven – extendió su brazo y agarró mi mano.

Al pasar por su toalla se agachó, la recogió e hizo lo mismo con una riñonera que estaba al lado.

- Lo vamos a necesitar – dijo guiñándome un ojo.

Después de caminar unos minutos por accesos casi imposibles llegamos a un lugar lleno de vegetación. Se paró, colocó su toalla en el suelo y dejó su riñonera encima de ella. Estábamos rodeados de árboles frondosos y rocas negras y grises, el suelo era de arena con alguna piedra dispersa por ella.

- ¡Esto es una pasada! - exclamé
- Sí, es mi rincón favorito para relajarme.
- Uhm.... ¿te relajas a menudo aquí?
- Sí – contestó mientras se acercaba sensualmente a mi boca – Me gusta la intimidad de este sitio. Pocos lo conocen.
- ¿Aquí traes a tus conquistas playeras?
- No creas que hago esto a menudo. Pero es que tú me resultas irresistible.

Su lengua se introdujo poco a poco en mi boca, buscando la mía, abriéndose camino entre mis labios. Noté una mano en mi cuello y otra en la cintura. Me acercó a su cuerpo, me pegó a él mientras flexionaba las piernas y se acoplaba al hueco entre las mías. Aquel beso se tornó más pasional. Después me echó la cabeza para atrás agarrándome del pelo y comenzó a acariciar mi cuello con la yema de sus dedos. Yo me sujetaba a él agarrándome a sus brazos bien formados. Subí mi pierna derecha intentando engancharme a su cadera y él se apretó mucho más a mí. Noté su erección. Aquella polla empujando mi pierna hizo que buscara su boca de nuevo y volví a besarlo, con lujuria, llena de deseo. Me cogió del culo y me puso a horcajadas sobre él, le cogí la cara con ambas manos mientras nuestras lenguas danzaban en un beso estimulante y lleno de desenfreno, enredé mis piernas a sus caderas y me restregué con su polla. Sus manos sujetaban mi trasero y me ayudaban a subir y bajar en mi afán por frotarme contra su erección. Nos mantuvimos así unos minutos, comiéndonos lascivamente nuestras bocas, apretando nuestros cuerpos, sintiendo nuestra excitación. Se agachó lentamente sujetándome fuerte y me tumbó en su toalla. A cuatro patas sobre mí comenzó a besar mi cuello, a morder el lóbulo de mi oreja, a lamer mi boca y mientras, yo, recorría su torso desnudo y pegajoso a consecuencia de la sal y el sudor. Sus manos acariciaban mis tetas, desnudas también. Se paraba en mis pezones y los estrujaba, los apretaba, los estiraba... Aquello hizo que yo comenzara a jadear. Instintivamente levanté mis caderas buscando con mi coño su dureza pero no la encontré. Él seguía a cuatro patas, lamiendo mi cuerpo como si de un en celo se tratase.

- ¿Deseas ya mi polla?
- Sí, la deseo – contesté jadeante.
- ¿No quieres jugar más?
- Estoy muy excitada.
- Lo noto – dijo mientras su boca volvía a la carga sobre mi cuello – Pero quiero saborear más. Estas tetas, por ejemplo.

Y entonces su lengua se tornó dura y comenzó a dibujar círculos sobre mis pezones. Su boca los succionaba mientras su mano masajeaba mi pecho y yo me volví loca de placer. Los jadeos se convirtieron en gemidos, cada vez más intensos.

- Shhh – puso su mano derecha sobre mi boca – van a oírnos desde el agua.
- No lo puedo controlar, Manu. Me excitas demasiado.
- Mmmm... me gusta lo que oigo, y también lo que veo. Notar esa excitación multiplica la mía. Eres puro deseo, Lola.
- ¿Me deseas?
- Mucho más de lo que imaginé. Ahora mismo sólo pienso en quitarte lo que te queda de bikini y bucear entre tus piernas.

Y volvió a posar su boca sobre mi cuerpo, besó mi vientre pausadamente haciendo que mis ganas aumentaran de manera considerable. Separó mis piernas y desató los lazos del bikini que descansaban en mis caderas. Mi coño rasurado quedó completamente al descubierto. Escupió en él y me miró, sus ojos desprendían lujuria en su estado máximo. Mordí mi labio. Con su dedo corazón comenzó a estimular mi clítoris con movimientos lentos, de arriba a abajo, mezclando su saliva con mi flujo. Mis caderas comenzaron aquel baile haciendo que mi vagina fuera al encuentro de su dedo, dejando que se introdujera tímidamente en ella mientras gemía de placer. Manu seguía mirándome lleno de deseo y volvió a besar mi pubis sin dejar de frotar su dedo contra mí cada vez más rápido. Su boca se posó en mis labios vaginales, jugó con ellos delicadamente, los absorbió, los mordisqueó y con su lengua saboreó mis jugos.

- Uff, me encanta cómo sabes, Lola – dijo sin dejar de mover su dedo
- Bésame y así también lo saboreo yo directamente de tus labios.

Sonrió.
Nuestras bocas volvieron a enredarse pero esta vez de manera pasional, frenética, comiéndonos literalmente.
Con mis piernas me aferré a su cintura. Mis manos sujetaban su cara mientras aquel beso nos hacía enloquecer de deseo. Rodamos hacia un lado y me puse encima de él. Su espalda descansaba sobre la arena. Nuestras bocas seguían unidas y nuestras lenguas estudiaban con ahínco cada recoveco de ellas. Tenía la polla dura, firme y erecta. Aproveché para rozar la entrada de mi cueva desnuda contra ella, mis labios vaginales se abrían y segregaban un flujo que hacía que el recorrido sobre su pene fuera suave y resbaladizo. Él me cogió del culo y lo estrujó en tanto que empujaba su erección hacia mí. Ambos jadeábamos cada vez que nuestras bocas se tomaban un respiro. Busqué su cuello y lo mordisqueé. Tenía la necesidad de lamerlo, de chuparlo, de sentir el sabor de la sal y el sudor en su piel, y así lo hice. Absorbí cada uno de sus poros en el camino que me fijé hasta su polla. Yo también la escupí y después esparcí mi saliva sobre su glande. Alcé la mirada mientras masajeaba su capullo y me encontré con sus ojos: tenía las pupilas dilatadas por la excitación. Su boca estaba entreabierta y de ella salían tímidos jadeos. Aquella escena hizo que mi vagina se contrajera y busqué la dureza de su pierna para calmar el palpitar de mi clítoris. Mordí mi labio mientras le miraba fijamente y sonreí. Volví a escupir sobre su polla y mi mano comenzó a deslizarse por ella, subiendo y bajando lentamente, agarrándola con firmeza mientras mis caderas se movían al restregarme contra su pierna.

- Uf, ¡joder, Lola! Me vuelves loco.
- Lo noto. Tu polla me lo hace saber.
- Buah, si sigues así me correré muy pronto....
- ¿Quieres que pare?
- No, no quiero que pares. Me encanta.
- Me alegro aunque no quiero que te corras antes de una mamada.

Me incliné sobre su miembro y lo lamí, con la lengua ancha, llegando a todo su glande. Después lo succioné despacio y mi lengua volvió a jugar con él.
Mantenía el contacto visual con Manu, quería ver cuál era su cara al iniciar mi comida pero él cerró los ojos y comenzó a mover sus caderas tímidamente. Abrí la boca e introduje su polla hasta la base. Sentí una arcada. Le miré y él me estaba mirando, apretando su labio inferior con los dientes, arrugando la nariz. Sus movimientos de caderas se aceleraron y de pronto empezó a follarme la boca. Se inclinó un poco y me sujetó la cabeza mientras entraba y salía cada vez más rápido. A veces llegaba tan profundo que me venían arcadas pero aquello parecía que le excitaba aún más. Se paró en seco.

- No quiero correrme aún – dijo mientras sacaba su polla y me levantaba para besarme.
- ¿No quieres correrte en mi boca?
- Es muy tentador pero quiero que tú también te corras y luego no sé si podré mantener la erección – respondió mientras sus dedos frotaban mi botón. - Túmbate en la toalla, Lola.

Me tumbé. Sacó un condón de su riñonera y se lo colocó mientras yo le cogí el relevo y seguí acariciando mi clítoris.

- Joder, cómo me excita ver cómo te masturbas, tía.
- No quiero dejar de sentir este placer, Manu.
- Uff... ni yo que lo hagas. Ábrete. Quiero follarte ya.

Abrí mis piernas, colocó su polla en la entrada de mi vagina y empujó. Se metió hasta dentro y yo arqueé mi espalda de puro placer.

- Joder. Qué rico, tío. Fóllame. Fóllame, Manu...

Y comenzó a follarme con embestidas profundas, lentas, fuertes. Yo gemía de placer. Sentir su polla llegando tan profundo me volvía loca. Abrí mis piernas aún más, quería sentirlo bien dentro.

- ¿Te gusta, Lola?
- Bufff... sí, Manu. Me encanta – contesté entre jadeos.

Se paró con su polla dentro. Pasó mi pierna derecha por delante de su cuerpo y la juntó con la izquierda. Puso mis piernas estiradas sobre su hombro, las sujetó y de rodillas comenzó a follarme, esta vez mucho más rápido, a un ritmo casi frenético. Estrujé mis tetas instintivamente. Mis gemidos cada vez eran más sonoros. Sus huevos chocaban contra mi culo y aquello hacía que el placer aumentara considerablemente. Mordía mis labios mientras me movía violentamente con cada embestida. Empecé a notar la llegada de un orgasmo y se lo hice saber.

- Voy a correrme, Manu.
- ¿Sí?
- ¡Sí!
- Córrete, Lola. Córrete.... Yo también me corro....

Y me dejé llevar. Cerré los ojos y dejé que el orgasmo me invadiera. Nos corrimos a la vez.
Manu bajó el ritmo de las embestidas hasta que salió la última gota de su semen. Se quedó de rodillas unos segundos, dentro de mí, con mis piernas en su hombro y sus manos en ellas.
Se quitó el sudor de la frente con la mano derecha, tragó saliva y sonrió.

- Ostia tía. Para ser el primer polvo en la playa no ha estado mal, ¿no?
- Uff... ¿Esta es la primera vez que follas aquí?
- Sí.
- ¿En serio? Pensé que...
- Te dije que no hago esto a menudo. De hecho tú has sido la primera a la que he enseñado mi rincón favorito – dijo mientras sujetaba el condón con la mano y salía de mí interior.
- Oh, qué romántico – sonreí
- Jajajaja.... ¿verdad?
- Ha estado muy bien, Manu, pero tengo que irme – le dije a la vez que buscaba la parte baja de mi bikini.
- ¿Ya?
- Sí, mi amiga está sola... ¿recuerdas?
- Ya, joder, pero sabe que has venido a echar un polvo. No sabe cuánto hemos tardado en echarlo.
- No puedo, de verdad. ¿Tienes un boli en tu súper riñonera?
- Sí – buscó en ella y sacó un bic azul – toma.

Lo cogí y escribí sobre su palma.

- Este es mi número de teléfono. Llámame y nos vemos de nuevo en otro momento. No te laves las manos antes de tenerlo guardado – le dije sonriendo.
- Genial. Pues te llamaré, Lolita. Hay que repetir.

Sonreí mientras terminaba de atar los lazos del bikini.

- ¿Se va por aquí, no?
- Espera, que me pongo el bañador y te acompaño. No quiero perderme por nada el mundo el movimiento de este culo tan divino que tienes.
- Jajajaa. ¡Idiota!
- Tienes un culo maravilloso, Lola – y me dio una palmadita en él.

Me cogió por la cintura, ahondó su nariz en mi pelo y me besó el cuello.

- Me ha encantado follar contigo, chica guapa de toplees provocador.
- Y a mí, chico atractivo del agua.

Me giré y nos besamos.

- Va, tengo que irme, Manu, de verdad.
- Sí, vamos. Tu amiga te espera.

Me cogió de la mano y comenzamos a caminar. Sonreí. Mi primer polvo en la playa había sido una pasada.

Lola4176


jmu1967 45H
132 entradas
12/9/2019 11:24 am

eres muy erótica me gustan tus relatos .Besos

La vida es bella


damian4u1 54H
58 entradas
8/11/2018 6:37 am

    Cita Lola4176:
    Aquí os dejo mi último relato. Espero que lo disfrutéis tanto al leerlo como yo al escribirlo

    PD: No olvidéis comentarlo.
Se por experiencia que la playa es un escenario inolvidable de lujuria.
Te invito a leer mi historia en la playa --->
Recuerdos de un Dia de Primavera


Lola4176 replies on 10/11/2018 12:15 am:
Y ¿qué te pareció el mío?

Quevin44 52H
1 entrada
23/10/2018 9:35 am

¡ Esta bien narrado ! Al leerlo poco a poco , también puedes ir imaginando cada instante y cada momento de esta erótica historia en la playa .


jonofi 54H  
100 entradas
4/10/2018 2:53 am

Excitante y sensual relato Lola, pero tus pechos son grandes no pequeños no ..otro buen relato erotico con fondo de playa tan dado a ello


Juangar82 42H
54 entradas
27/9/2018 10:11 am

Así da gusto ir a la playa


ElMaNuDeL78 45H
414 entradas
27/9/2018 1:49 am

La hostia con el primer polvo en la playa!

Te vas superando a cada relato, Lolita!

El día de playa de hoy no va a ser lo mismo después de esta historia...



Te apetece descubrir algo diferente? Pasate por mi blog desde aquí --> ElMaNuDeL78


fuegovital 59H
5482 entradas
18/9/2018 2:48 am

Al volver a la playa, Lola y Manu no ven a Su.

- ¿Y tu amiga? (Dice Manu).
- No sé, las toallas están ahí, pero a ella no la veo.

Las chicas que jugaban a las cartas ya se habían ido, pero vieron al cincuentón en el agua y le preguntaron…

- Perdón, ¿ha visto a la chica que estaba en una de esas toallas?
- I don’t speak spanish, sorry (responde el inglés).

En eso aparece Susana que estaba sumergida en el agua justo delante del inglés.
Lola y Manu se miraron uno al otro con cara de sorpresa y rápidamente comprendieron lo que allí estaba pasando.

- ¡Qué! Su, ¿acaso estás haciendo pesca submarina? (Le dice Lola a su amiga).
- Lola ¿estabas ahí? Ya sabes que mi inglés no es muy bueno (responde Su mientras retiraba el agua salada de sus ojos), y como este tío no entiende ni papa de español…
- ¡Ya!, y por eso te estabas comunicando con él en “francés” ¿no?

Su se encoje de hombros con cara de niña buena, como asintiendo. Ante ese gesto, Manu y Lola se miran nuevamente y tras un segundo de silencio... se descojonan de risa.
El inglés, que no entendió nada de lo que habían hablado, al ver que se reían de esa manera también empezó a reír. Y como no podía ser menos, contagiada por las risas, a pesar de lo embarazoso de la situación, Susana se sumó también a carcajada limpia.
El espectáculo era tal, que la poca gente que había en la playa se quedaron mirando sorprendidos, pero pronto se les vio una sonrisa en la cara por lo bien que se lo debían de estar pasando aquellos cuatro.

Sin duda fue un momento inolvidable, comienzo de una bonita amistad.

Si quieres escribirme, este es mi... Buzn Para que no te dejen sin palabras


mariomasss 50H
11 entradas
17/9/2018 4:18 am

¿Cómo no comentarlo?

Y mira que uno es mucho más de montaña que de playa, pero...Por un momento si que he deseado esa playa y esa arena...

¿Quién no con semejante visión?


nifepum 54H

16/9/2018 7:54 pm

me he imaginado esta escena en la playa, alguna vez este verano, pero no he tenido sexo en esas preciosas playas....por eso.....me ha excitado mucho tu relato, erección . mmmuuuaaass


rosellenc2012 49H
3440 entradas
15/9/2018 11:08 am

estupendo y excitante, miy bueno, de verdad que me ha gustado mucho.


imtroberto 59H
1729 entradas
15/9/2018 3:14 am

Lola4176 replies on 13/9/2018 3:54 pm:
Jajaja ... me encanta! Podrías escribir tú esa historia y hacérmela llegar

La verdad es que la conversación y el cruce de miradas estuvieron muy bien... no me pareció nada mojigata (aunque se había "escandalizado" un poco cuando te quitaste la parte de arriba del bikini)... incluso se animaba a hacer una excursión otro día a mis calitas, donde se puede uno/a desprender del bañador (sin que sea obligatorio hacerlo)... se animaba porque conseguí convencerla de que son muy bonitas... y, en el fondo, porque le apetecía sentir la libertad de la desnudez al aire libre...

Lola4176 replies on 14/9/2018 11:03 am:
Te lo pasaste bien?

¡Muy bien!
Fue un placer primero conoceros y luego compartir ese día en mis calitas con Susana y contigo (también te apuntaste)...


zirano35 45H

14/9/2018 3:33 pm

Gracias


catador999 65H

14/9/2018 3:21 am

Preciosa Lola:

Muy bien escrito y llevado te felicito, si el calor del mar nos pone calientes hay que ir al mar.

Besos preciosa Lola!


Nikita6699 42M  
2941 entradas
14/9/2018 1:33 am

Excitante
feliz finde guapa

Nada es lo que parece...


Lola4176 replies on 14/9/2018 1:37 am:
Gracias, guapa! Disfruta del tuyo como se merece

josejorge00 63H

13/9/2018 10:11 pm

mmmm maravilloso!!!! Me has puesto totalmente caliente..siiii.
Muchas gracias por compartirlo!!! Un beso


Lola4176 replies on 14/9/2018 2:02 am:
Me alegra saber que te ha gustado.

xic0_taytant0s 52H
1752 entradas
13/9/2018 11:47 am

bufff.... me voy a dar un baño!!!!


Lola4176 replies on 14/9/2018 2:03 am:
En la bañera también te puedes divertir mucho

imtroberto 59H
1729 entradas
13/9/2018 11:18 am

Lola4176 replies on 13/9/2018 3:54 pm:
Jajaja ... me encanta! Podrías escribir tú esa historia y hacérmela llegar

La verdad es que la conversación y el cruce de miradas estuvieron muy bien... no me pareció nada mojigata (aunque se había "escandalizado" un poco cuando te quitaste la parte de arriba del bikini)... incluso se animaba a hacer una excursión otro día a mis calitas, donde se puede uno/a desprender del bañador (sin que sea obligatorio hacerlo)... se animaba porque conseguí convencerla de que son muy bonitas... y, en el fondo, porque le apetecía sentir la libertad de la desnudez al aire libre...


Lola4176 replies on 14/9/2018 2:03 am:
Te lo pasaste bien?

rodoyale 56H
45 entradas
13/9/2018 10:12 am

b jhbj cbbn dcnhi8hk ,mdcn iyhn m, ckhnk dmf uihn mkcv iuhiunk dmnk v nn masdn mbn jkbnnnmv knihn


Lola4176 replies on 13/9/2018 12:47 pm:
Sip, sip... todos hemos entendido lo estupendamente que te expresas

manuelete444 43H

13/9/2018 9:33 am

Lola me ha encantado tu relato,intenso erotico y muy sensual felicidades

Manuelete444


Lola4176 replies on 14/9/2018 2:15 am:
Gracias!!

Prto1974 49H
23 entradas
13/9/2018 9:27 am

Entonces también también te has dado cuenta que la arena transmite muuuuucho calor, no?
Gracias por tu estimulante relato serie bronceado


Lola4176 replies on 14/9/2018 2:15 am:
Gracias a ti por tu comentario

imtroberto 59H
1729 entradas
13/9/2018 6:20 am

Muchas gracias de nuevo por compartir un relato (y que has tenido que escribir antes)...
Siento que aparezco como figurante... ese hombre de unos 50 que dormía bocabajo con un libro en inglés junto a el...
Aunque de figurante nada... cuando me desperté de esa cabezadita, me fijé en una bella y joven lectora a la sombra de unas rocas cercanas y , como también necesitaba protegerme del sol, me acerqué a ella y le pregunté, educadamente, si no le importaba que me instalara relativamente cerca (no había mucha sombra) con mi libro para no torrefactarme... seguimos conversando... sobre libros, sobre ti, sobre sexo (sobre ese polvo que estarías echando)... pero eso es ya otra historia...


Lola4176 replies on 13/9/2018 6:54 am:
Jajaja ... me encanta! Podrías escribir tú esa historia y hacérmela llegar

tiroriroseven4 36H
12 entradas
13/9/2018 6:16 am

genial


Lola4176 replies on 13/9/2018 9:01 am:
Gracias!

Lola4176 47M  
125 entradas
13/9/2018 4:55 am

Aquí os dejo mi último relato. Espero que lo disfrutéis tanto al leerlo como yo al escribirlo

PD: No olvidéis comentarlo.

Lola4176


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